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domingo, 9 de mayo de 2010

C. C. Humphreys

... Hamza batió palmas y los sirvientes trajeron comida. Comida distinta de la versión común y corriente que había conocido hasta ese momento: carne de cabra pero kebabs con hierbas en vez de guiso; arroz salpicado de pistachos, uvas pasas, albaricoques secos; panes rellenos de mermelada de semilla de amapola, recubiertos de romero y glaseados con miel. Y en vez de la limpia agua de río que solían beber, tomaron sorbetes de naranja y granadina.
... Para Vlad sólo faltaba una cosa, y su persistente mirada a una copa vacía provocó la pregunta de Hamza.
... —Tienes antojo de vino, ¿verdad?
... —¿Antojo? No. ¿Deseo? Bueno...
... Se encogió de hombros.
... —¿Cómo era el verso coránico que tan bien citaste en el enderun kolej?
... Vlad se aclaró la garganta. El árabe le salía con facilidad.
... —"Si piden consejo sobre el vino y el juego, diles: Hay algún provecho en ellos para los hombres, pero el pecado es más grande que el provecho".
... —¿Tú crees eso?
... —No. Pero yo no soy musulmán. Además...

C. C. Humphreys
"Vlad"

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