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lunes, 12 de julio de 2010

Mario Vargas Llosa

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... Hizo muchas cosas en esos ocho meses, pero una de las veces que creyó que podía volver a pintar una segunda obra maestra tahitiana, se equivocó. Fue de Mataiea a Papeete a ver si le habían llegado cartas y alguna remesa, y en la ciudad había una conmoción en casa de su amigo Aristide Suhas, porque su hijito de año y ocho meses se moría. Llegó cuando el niño acababa de fallecer, de una infección intestinal. Al ver al niño muerto, la carita afilada, la tez cerúlea, sintió el excitante cosquilleo. Sin vacilar, simulando una congoja que no sentía, abrazó a Aristide y a madame Suhas y les propuso pintar un retrato del niño fallecido y ofrecérselo. Marido y mujer se miraron con los ojos llorosos, y accedieron: sería una manera más de conservarlo junto a ellos
... Hizo de inmediato unos bocetos, siguió haciéndolos durante el velatorio, y luego lo pintó en una de sus últimas telas, con precaución y detallismo. Examinó mucho la cara de ese niño de ojos cerrados y manitas juntas, aferrando un rosario, que expresaba el instante mismo del tránsito. Pero, cuando le llevó el cuadro, en vez de agradecerle el regalo, madame Suhas se enojó. Jamás admitiría en su casa aquel retrato.
... —Pero ¿qué hay de ofensivo en él? —inquirió Koke, no del todo insatisfecho con la reacción de la esposa del colono.
... —Éste no es mi niño. Es un chinito, uno de los amarillos que han comenzado a invadimos. ¿Qué le hemos hecho a usted para que se burle de nuestro dolor, poniendo a nuestro ángel una cara de chino?
... Como no pudo contener la risa, los Suhas lo echaron de la casa. De regreso a Mataiea, contempló el retrato con ojos nuevos. Sí, sin darte cuenta, lo habías orientalizado. Entonces, rebautizó a su flamante creación con un nombre mítico maorí: Retrato del príncipe Atiti.

Mario Vargas Llosa
"El paraiso en la otra esquina"

Paul Gauguin
"Retrato de Atiti", 1892

jueves, 8 de julio de 2010

Antonio Tabucchi

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... ... y entonces yo le preparé una buena bebida, que es precisamente la bebida que estaba aconsejándole al señor, ¿no quiere probarla, ahora que ya ha hecho la digestión? Quizá, dije, ¿en qué consiste? Mire, dijo, no es exactamente un cóctel ni tampoco un long-drink, digamos que es una cosa que queda entre los dos, una bebida de mi invención, se llama <>. El nombre está muy conseguido, dije, pero ¿cuáles son los ingredientes? Mire, querido amigo mío, dijo en tono confidencial el Barman del Museo de Arte Antiguo, normalmente no acostumbro a revelar los ingredientes de mi cocina, son un secreto profesional, pero como el señor es extranjero voy a decírselo: son tres cuartas partes de vodka, un cuarto de zumo de limón y una cucharada de menta piperita, se pone en la coctelera con tres cubitos de hielo, se agita hasta que duela el brazo y se quita el hielo antes de servirlo, la vodka y el zumo de limón combinan perfectamente, y el jarabe de menta piperita, aparte de darle fragancia, le da un color verde que es necesario a causa del nombre, no sé si lo entiende: verdes, Janelas Verdes, es fundamental. Muy bien, dije, creo que ahora mismo voy a probar el Janelas Verdes’ Dream, me está apeteciendo de verdad. Sabia elección, exclamó el Barman del Museo de Arte Antiguo, todavía le diré más: el zumo de limón quita la sed, el alcohol da energías, que son muy necesarias en un día como éste, y la menta piperita refresca los intestinos, sabia elección. Se levantó apresuradamente y fue hacia la barra.

Antonio Tabucchi
"Requiem"

miércoles, 7 de julio de 2010

Pedro Mexía


... Y aconsejan los filósofos naturales que no haya el hombre ayuntamiento a su mujer enojado ni airado, ni triste ni embriagado, porque acontece engendrar los hijos con esas condiciones y pasiones. Y de aquí viene el padre alegre a engendrar un hijo triste, porque lo estaba él cuando lo engendró. Y dice Alejandro Afrodiseo una cosa harto de notar: que por esa razón salen algunas veces los hijos bastardos y adulterinos malos y viciosos, por la mala imaginación y temor que sus padres tuvieron en su generación.

Pedro Mexía
"Silva de varia lección", 1540
"Poder de la imaginación"

martes, 6 de julio de 2010

Henning Mankell

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... Lars Tobiasson-Svartman aguzó la vista y la fijó en la mancha. Cada vez que descubría un lunar en el cuerpo de una persona, intentaba ver lo que representaba. Su propio padre, Hugo Svartman, tenía varias manchas de este tipo en el brazo izquierdo. En su imaginación, le parecían un archipiélago de pequeñas islas sin nombre, islotes y peñascos. La blanca piel ocultaba las rutas de navegación que se encontraban y se entrecruzaban. Pero ¿en qué parte del brazo de su padre estaban las vías marítimas más profundas? ¿Por dónde sería más seguro navegar?
... Su misteriosa habilidad para el sondeo, las medidas y las distancias que marcaba su vida tenía su origen en la imagen y el recuerdo de las manchas de su padre.
... Lars Tobiasson-Svartman se dijo: «Aún busco en mi interior abismos ignotos, profundidades todavía no medidas, oquedades inesperadas. Incluso en mi interior tengo que trazar un mapa en el que señalar una vía de navegación totalmente segura».

Henning Mankell
"Profundidades"

jueves, 1 de julio de 2010

Mario Benedetti

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... Ahora las relaciones entre Dios y yo se han enfriado. El sabe que no soy capaz de convencerlo. Yo sé que Él es una lejana soledad a la que no tuve ni tendré nunca acceso. Así estamos, cada uno en su orilla, sin odiarnos, sin amarnos, ajenos.

* * * * * *

... Es evidente que Dios me dio un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedió una tregua. Al principio, me resistía a creer que eso pudiera ser la felicidad. Me resistí con todas mis fuerzas, después me di por vencido y lo creí. Pero no era la felicidad, era sólo una tregua. Ahora estoy otra vez metido en mi destino. Y es más oscuro que antes, mucho más.

Mario Benedetti
"La tregua"