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lunes, 26 de abril de 2010

Hermann Hesse

... Durante la noche, cuando dormía en la choza de paja de un barquero, junto al río, Siddharta tuvo un sueño: Govinda estaba delante de él con su vestidura amarilla de asceta. Govinda tenía un aspecto triste y con melancolía le preguntaba: «¿Por qué me has abandonado?». Entonces Siddharta abrazó a Govinda, lo tomó entre sus brazos, lo estrechó contra su pecho y lo besó... ya no era Govinda, sino una mujer, y del vestido le salía un seno turgente. Tendíase Siddharta, y bebía. La leche de ese pecho sabía dulce y fuerte. Su sabor era de mujer y de hombre, de sol y de bosque, de flor y de animal, de todas las frutas y todos los placeres; embriagaba y hacía perder el sentido.
... Cuando Siddharta despertó, el río pálido brillaba a través de la puerta de la choza, y en el bosque se oía grave y sonoro el grito sombrío de un búho.

Hermann Hesse
"Siddhartha"

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